Estamos acostumbrados a irnos de vacaciones cuando todo el mundo lo hace. Nos gustan las rutinas y las costumbres y es difícil sacarnos de nuestra zona de confort. Pero a veces nos empecinamos a cambiar rutinas y sólo desaprovechamos grandes oportunidades.

Si tu trabajo es flexible y te permite elegir días sueltos o vacaciones en temporada baja no dejes de descubrir las ventajas que supone viajar cuando pocos lo hacen.

Adiós atascos

Mientras todos pierden un tiempo valiosísimo en atascos al salir y entrar en grandes ciudades tú podrás llegar antes de lo previsto a tu alojamiento y de mejor humor.

Los atascos nos estresan y opacan la alegría de irnos de puente o fin de semana, especialmente en el retorno a casa.

Nada de aglomeraciones ni colas

Tampoco tendrás que perder tiempo en el check-in, ni en colas para visitar monumentos turísticos. Todo estará listo para tu llegada.

Mismas condiciones y más barato

Una de las grandes ventajas de viajar en temporada baja, o entre semana, es que tendrás las mismas condiciones hosteleras que si viajaras en fin de semana, pero a un precio reducido.

La mayoría de los alojamientos para incentivar los viajes fuera de temporada bajan sus precios. Y si no es así, te garantizas librarte de las subidas evidentes en temporada alta.

Te encantará el silencio que los alojamientos tienen entre semana o en temporada baja. Olvídate de gritos en la habitación de al lado, de molestias en el buffet del desayuno y de tener la única habitación que quedaba libre al lado de la escalera o el ascensor.

Las mejores fotos

Olvídate de tener que esperar a que pase esa gran familia y poder hacerte la foto deseada. Apenas habrá personas de por medio o coches que impidan labrarte un álbum con encanto.

Viajes de último momento

Si por tu trabajo necesariamente eres de los que tiene días libres cuando nadie los quiere, aprovecha esta gran ventaja. Podrás planear viajes de un día para otro pues apenas habrá ocupación.

Podrás elegir la mejor habitación. Esa que tiene unas vistas de encanto y se ocupa siempre la primera. Serán tuyos los mejores alimentos del buffet de desayuno y sin tener que pelearlos. Llegarás a los mejores sitios y estarán abiertos sólo para ti.

Además, la gente y los trabajadores serán mucho más amables y se ocuparán mejor de tus necesidades, y es que todos trabajamos mejor pudiendo ocuparnos bien de los clientes, sin tanta presión.

El encanto de lo rural

Si algo con algo soñamos cuando hacemos turismo rural es con paisajes de cuento y lugares para desconectar.

Si nos vamos a un pueblecito de interior no es para esperar colas, para ir sorteando senderistas mientras vamos en bici o bicis mientras paseamos calmadamente.

Queremos tranquilidad para poder apreciar el silencio que no podemos tener en las grandes ciudades y poder levantarnos y escuchar los pájaros del árbol de en frente y no a los niños correteando por el pasillo del hotel.

Además, una de las ventajas al viajar cuando nadie lo espera es que podrás ver la auténtica vida de pueblo mientras paseas por sus calles. La serenidad que se respira no tiene precio y te compensará con creces el viajar cuando nadie lo hace.

Seguridad ante todo

En estos tiempos post-pandemia, las aglomeraciones se han convertido en caldos de cultivo que buscamos evitar. Por eso, nada mejor que un turismo seguro donde tengas tu espacio y puedas disfrutar del aire puro y de los paseos en soledad. Podrás recorrer las calles con mucha más tranquilidad.